Con frecuencia
me han sorprendido cuántas cosas cambian a nuestro alrededor
día a día sin que nos demos cuenta.
Hay un
famoso experimento en el que si se coloca a una rana en una olla con
agua sobre una estufa y se calienta el agua lentamente hasta que hierva,
la rana morirá en el agua hirviendo sin jamás haber
saltado fuera de la olla. Sin embargo, si se coloca a la rana en esa
misma olla con el agua ya muy caliente, la rana saltará inmediatamente
fuera, salvándose de morir hervida.
Se estarán
preguntando qué tiene esto que ver con la fotografía
digital. Déjenme explicarles. La gran mayoría de las
personas no se da cabalmente cuenta de que los cambios tecnológicos
que día con día están teniendo lugar a nuestro
alrededor se parecen un poco al agua hirviente. No estoy sugiriendo
que moriremos a causa de todos estos cambios, pero éstos ciertamente
pueden introducir modificaciones sustanciales en nuestro forma de
ganarnos la vida, que dificultarán nuestro camino a menos que
prestemos atención, tomemos nota de lo que está ocurriendo
y hagamos planes acordes a las circunstancias.
Para
empezar, tenemos que estar conscientes de que la fotografía
digital es sólo una parte muy, pero muy pequeña de la
revolución tecnológica global que está teniendo
lugar en el mundo. La importancia de esta idea radica en cómo
concebimos la profundidad de las transformaciones tecnológicas
que nos rodean. Hay fotógrafos que sostienen la mal fundamentada
noción de que los cambios que están ocurriendo en la
fotografía son una opción más que podemos decidir
si ignormaos o no, del mismo modo en que nos decidimos entre varios
tipos de película, papel o cámara, por ejemplo.
Desde
luego, siempre podemos ignorar lo que sea; en efecto, algunas personas
han hecho justamente eso: en medio de una guerra, deciden ignorar
la realidad que los rodea, generalmente con consecuencias muy nefastas.
Algunos miembros de mi familia murieron en campos de concentración
durante la Segunda Guerra Mundial por ser incapaces de creer que lo
que estaba ocurriendo se relacionaba íntimamente con su vida
personal y haber actuado en consecuencia.
Repasemos,
entonces, algunas ideas que pueden arrojar algo de luz sobre esta
historia. La tecnología digital ya es predominante en el mundo
de las telecomunicaciones, y muy pronto será parte del modo
en que se transmite la televisión y se difunde el cine; el
video y la fotografía se han vuelto digitales, sin mencionar
todos los aparatos que se usan en los automóviles, las cocinas,
los juguetes, etc; la tecnología digital afecta cómo
hacemos nuestras compras, cómo nos divertimos, cómo
aprendemos y educamos a los demás y a nosotros mismos, cómo
conducimos nuestros negocios, nos relacionamos con el deporte, practicamos
la medicina y, por último pero no sin importancia, la guerra
se realiza hoy, con un abundante uso de tecnologías digitales.
Si todas estas cosas están ocurriendo, entonces creo que se
puede afirmar como una apuesta bastante segura, que la tecnología
digitaltal y como se aplica a la fotografía es
de hecho una parte muy pequeña de las transformaciones tecnológicas
que afectan a todas nuestras sociedades.
Pensar
que de algún modo la fotografía pueda permanecer aislada
sin que le afecten todas estas transformaciones, es poco menos que
ilusorio.
Obviamente,
se puede descartar toda la evidencia disponible y sugerir que el cambio
no ocurrirá de manera tan dramática como he sugerido.
El problema con este enfoque es que no reconoce la velocidad del cambio
(¿recuerdan la rana?). Tengo que admitir que es muy difícil
saber qué tan rápido van a cambiar las cosas (qué
tan rápido se van a calentar); pero habrán de cambiar,
en este punto me parece que la certeza es absoluta. Si tarde o temprano
las cosas van a cambiar, me inclino personalmente a tomar al toro
por los cuernos tan pronto como sea posible y no dejarlo para después.
Las ventajas son obvias. Aquellos que cambien primero tendrán
importantes ventajas competitivas sobre los que se incorporen en una
etapa posterior.
Siempre
es difícil adaptarse a los cambios, por lo que, si algo es
ya de por sí complicado, ¿por qué no hacerse
la vida más fácil incorporando los cambios necesarios
a tiempo, en vez de esperar a que las condiciones externas nos los
impongan?
He visto
casos de fotógrafos que rehusaron implementar soluciones digitales
en su producción, y que perdieron una porción considerable
de trabajos frente a otros fotógrafos que podían producir
trabajos igualmente atractivos a menor precio.
Una tras
otra, he visto quebrar a empresas dedicadas a algún aspecto
de la imagen impresa sólo porque la avalancha de cambios tecnológicos
era tan grande que no pudieron enfrentarla a tiempo.
Para
los que apenas están empezando sus vidas y se preguntan dónde
aprender sobre fotografía, mi consejo es escoger aquellos lugares
que ofrezcan la información más avanzada sobre lo que
está ocurriendo. Aprender hoy en día solo las técnicas
del cuarto oscuro sería como capacitarse en el uso de las máquinas
de vapor. ¿Interesante? Probablemente. Sin embargo, probablemente
no lo mejor para ganarse la vida.
En una
reciente discusión con un amigo que dirige una institución
de enseñanza, él me decía que el número
de estudiantes que actualmente quieren ingresar a talleres y aprender
el uso de las tecnologías tradicionales (tanto en cinematografía
como en fotografía) era considerablemente mayor al número
de personas que pedían sus equivalentes digitales. Esta información
no me sorprendió. Después de todo, el péndulo
apenas se está moviendo en dirección de las tecnologías
digitales. Pero piénsenlo un poco, si se requieren supongamos
cuatro años para aprender todo lo necesario, ¿no sería
más sensato aprender lo que se estará utilizando dentro
de cuatro años?
Después
de un periodo de cuatro años de aprendizaje, sería deseable
haber adquirido las habilidades que se requieren para ese momento
y no tener que comenzar de nuevo porque lo aprendido ya no se puede
aplicar en el campo laboral. Por ejemplo, si aprendiste cómo
realizar magnifícas impresiones en el cuarto oscuro, sólo
para enterarte que el periódico local que te puede dar empleo
en ese momento solo utiliza tecnologías digitales y no está
interesado en tus habilidades en el laboratorio (ya ni siquiera tiene
un cuarto oscuro). O vas al archivo del museo local y descubres que
ahora están trabajando únicamente con soluciones digitales.
Te presentas en una empresa para buscar empleo como fotógrafo
en su departamento de publicaciones y descubres que ahora trabajan
todo digitalmente; abres un estudio para tomar fotografías
escolares y encuentras que tus competidores trabajan con formatos
digitales, vendiendo más barato por un margen considerable.
Podríamos continuar en cualquier dirección imaginable
y la historia siempre sería más o menos igual.
Algunos
de los peores infractores en este periodo de transición son
las personas que deberían estar encabezando la curva de aprendizaje,
los maestros. Hay demasiados maestros que están reteniendo
a los demás por miedo a que su propia ignorancia quede al descubierto.
Defienden al 'antiguo régimen' sólo para conservar sus
privilegios y esconder su ignorancia. Muchas veces sus superiores
apoyan estas actitudes por falta de conocimientos propios. Todo esto
simplemente tendrá que resolverse por medio de una evolución
darwiniana de las especies, a través de la supervivencia del
más apto. Las estadísticas nos muestran que en los Estados
Unidos, 48 millones de jóvenes entre los 5 y los 17 años
de edad usan computadoras, es decir: el 90% de la población
de esa edad. Podemos apreciar que en un par de generaciones el cambio
será total, a pesar de los maestros que están deteniendo
a los demás.
De hecho,
muchos niños están aprendiendo unos de otros, en vez
de esperar a que los adultos encuentren las soluciones. Los videojuegos
son un ejemplo, algunos de ellos son bastante complicados de entender
y manejar, sin embargo, los niños de seis o siete años
ya han sido capaces de compartir conocimientos entre ellos, creando
una red de información en la cual los adultos deberían
reparar. Aún no he visto entre mis colegas fotógrafos,
una red equivalente a la de mi hijo de siete años y sus amigos,
ni siquiera el deseo de participar en tales estructuras. Los jovencitos
comparten información espontáneamente a través
de su red de un modo completamente ajeno al de los adultos, quienes
podrían beneficiarse enormemente de dicho enfoque.
Tal parece
que el Titánic no tenía por qué chocar contra
un témpano de hielo la noche en que se hundió. Se habría
podido evitar la catástrofe tan sólo con poner atención
a los elementos presentes y haber actuado en conformidad. El capitán
Smith ignoró siete avisos de témpanos de hielo de su
tripulación y de otros barcos. Si hubiera dado la orden de
que se disminuyera la velocidad, quizás el hundimiento del
Titánic no hubiera ocurrido. La arrogancia (la creencia de
que el barco no podía hundirse) parece haber jugado también
una parte importante en los cálculos erroneos cometidos aquella
noche.
Deberíamos
ser capaces de tomar la pauta de las ranas y debería ser posible
comprender que el hundimiento del Titánic tampoco tenía
por qué haber ocurrido. De igual manera, los fotógrafos
deberíamos enfrentarnos oportunamente a la curva de aprendizaje
para obtener el conocimiento necesario para ser competentes en la
era digital, lo cual no es una solución fácil ni rápida.
Lo he dicho en muchos foros; la parte más difícil es
encontrar el tiempo para aprender y practicar. Como cualquier surfista
puede confirmar, es mejor tomar la cresta de la ola a que la ola le
caiga encima, por lo tanto, debemos tomar precauciones y mirar a nuestro
alrededor para entender lo que hay que hacer, así como la formación
de redes.
Discutamos
el asunto en este espíritu. La ventaja de internet es que es
una calle de doble sentido y ustedes pueden expresar sus opiniones
en nuestros foros. Denos ejemplos de por qué están de
acuerdo o no en referencia a sus propias experiencias y cuáles
son sus planes para enfrentarse a los cambios que estamos experimentando.
(Comparta sus comentarios sobre este tema en los foros
de ZoneZero.)