por
Julian
Tait
Para
la mayoría de los fotógrafos, el mantra de
Cartier-Bresson, el ‘momento decisivo’,
se inculca en nuestra psique fotográfica desde
un primer momento.
La habilidad de congelar un instante crítico en
el tiempo, de capturar una imagen que tenga mayor importancia
y significado que cualquier otra, es lo que hace a un gran
fotógrafo. Uno debe de tener la visión y
la astucia para, en primer lugar, estar en posición
de capturar la imagen, y a su vez, la composición
juega un papel de no poca importancia, pero ¿La
definición misma de capturar un momento se está volviendo
menos relevante?
En
un artículo recientemente publicado en el British
Journal of Photography, el fotoperiodista Dirck
Halstead pronostica la desaparición del fotógrafo
de foto fija y el surgimiento de fotógrafos que
trabajen con video (videoastas). Cámaras de video
relativamente baratas pueden hoy en día grabar
en alta definición, y las fotos fijas pueden ser
tomadas y ampliadas utilizando algoritmos que pueden
producir imágenes de hasta 67 megapíxeles.
El costo de contratar a un solo corresponsal que
pueda capturar foto fija, video y audio resulta muy atractivo
a muchas agencias de noticias que elaboran sus políticas
de recopilación de información basadas
en el retorno de la inversión y el valor económico.
Con
el advenimiento de la distribución globalizada
y la necesidad de las agencias de contar con sitios web
de contenido “rico”, en donde los consumidores
pueden acceder al contenido en una variedad de formatos,
la foto fija comienza a perder su preeminencia y se
está convirtiendo en una imagen que simplemente
se utiliza para representar el contenido de un video.
¿Es
entonces el momento decisivo un concepto ilusorio? La
fotografía tomada por Richard Drew de un hombre
cayendo es un ejemplo. La icónica imagen muestra
un hombre cayendo de una de las Torres Gemelas de Nueva
York durante los atentados del 11 de septiembre del 2001.
Podría decirse que ésta imagen es un momento
decisivo, pero ¿el momento decisivo de quién?
La cámara de Drew tomó 12 cuadros mientras
el hombre caía, y solo uno de esos cuadros fue elegido
para representar ese momento.
Richard
Drew © 2001 |
Podría
decirse que la cámara fue utilizada
como sustituto de la cámara de video para documentar
este momento. La imagen fue sacada de una secuencia de
imágenes ya almacenada y puede repetirse de
manera infinita. Las decisiones críticas en
este caso, se dieron tanto por la circunstancia en la que
el fotógrafo se encontraba, como en la etapa editorial.
La tecnología permite tomar cada vez más
cuadros por segundo y ahora podemos desglosar los componentes
de esta secuencia de imágenes. ¿Desaparecerá inevitablemente
la distinción entre la foto fija y el video?
Las
cámaras digitales SLR pueden tomar muchas imágenes
fijas con una velocidad que se aproxima a la del video,
si la cámara no está limitada por procesos
mecánicos,
entonces se pueden obtener velocidades mayores a
los 60 cuadros por segundo y llegar incluso hasta los 300
cuadros por segundo, como en el caso de la cámara recien
desarrollada Casio Exilim. Éstas
nuevas generaciones de cámaras toman prestada la
tecnología de
sus primas, la cámara de video y la grabadora de
sonido. Los modelos comerciales de nuevas cámaras,
poseen un buffer (colchón) que registra
constantemente los cinco segundos anteriores a la toma
de la imagen. Así que
el momento decisivo siempre estará ahí en
alguna parte y uno puede hallarlo cuando le plazca.
Julian
Tait
julian@redeye.org.uk
Noviembre, 2007
**
|
Julian
Tait es
miembro fundador de Redeye, The
Photgraphic Network y coordinador de la
Conferencis sobre la Imagen Democrática
y Globalización, llevada a cabo en Manchester
en abril del 2007. También es director de Littlestar
Media, una organización británica
de medios artísticosWe Are All Videographers
Now – The Inevitable Convergence of the Photograph
and Video.
|