Algunos como Romario, a su regreso de París, fue contratado como
asesor de los principales ministros, otros como Yves Saint Laurent, sin
salir de Brazzaville, trabaja como protocolo de la Asamblea Nacional.

Otra cara de África:
La Sape congolesa es, además, una realidad desconocida y extravagante, que nos muestra una cara del continente africano distinta de la habitual de las guerras y sus consecuencias, las hambrunas, los safaris o el tribalismo de cartón piedra. Los africanos pobres ( la mayoría) también tienen una vida cotidiana, a menudo alegre y esperanzada a pesar de las dificultades. La Sape es un ejemplo de ello.

Sin embargo, ésta no es una manifestación folklórica ancestral sino que nace como consecuencia directa del colonialismo europeo.
Considero que este fenómeno antropológico es muy rico por distintas razones:

1. Permite soñar  a los sapeurs y así, sobrellevar su dura realidad. Las perspectivas de sus habitantes, especialmente de los jóvenes, no son nada esperanzadoras: apenas hay trabajo. Sin embargo, como decía Lamame, un viejo sapeur que todavía sueña con ir a Paris, “Cuando me visto elegantemente, salgo a la calle y la gente me aclama, me olvido de todos mis problemas... son instantes de gloria en los que soy inmensamente feliz”.

2. Ejercen un rol social de gran importancia. Son los “famosos cercanos” y cumplen una función similar, en muchos aspectos, a nuestros “nuevos famosos” provenientes de los concursos tipo Gran Hermano.Su presencia es requerida en funerales, fiestas y otras celebraciones para aportar un toque de distinción a dichos actos. Al tiempo, al igual que ocurre con nuestros “nuevos famosos” todo el mundo sabe quienes son, de dónde vienen, incluso dónde viven.